Esta es quizás una de las cuestiones que más nos planteamos ante el hecho de ser madres y es que es indudable que el gran peso del embarazo, parto y crianza recae sobre la madre, pero tu pareja debe tener tanta implicación como la primera.
Desde el inicio de la gestación hay 39 semanas por delante que marcarán la relación de pareja y la posterior con vuestro bebé ¡es hora de arrimar el hombro!
Para Sabina del Río, psicóloga perinatal y directora de Calma centro de psicología especialistas en maternidad en Madrid, “es fundamental incorporar el aspecto psicológico y emocional a la vivencia del embarazo y del parto, porque en base a cómo una mujer viva todo este periodo, va a ir todo muchísimo mejor, tanto para la madre como para el futuro bebé”.
Seguro que tu pareja estará a la altura, pero es fundamental una buena comunicación durante todas las etapas para conocer lo que sentís y experimentáis cada uno en cada momento.
Transmitir confianza a las mujeres en su cuerpo y en la naturaleza y aportarles un entorno de seguridad para que puedan gestar y parir con tranquilidad es, para los expertos, algo a lo que las parejas pueden contribuir de manera decisiva.
Aunque seas tú la que estés gestando a vuestro bebé, la pareja puede hacer más de lo que en principio cree durante el embarazo. Te damos algunas ideas:
Acompañar a la madre en el momento del parto y hacer la tarea más fácil será el principal apoyo que la pareja pueda brindar en estos momentos. Pueden ser momentos incómodos, dolorosos, en los que ni tú misma sabrás lo que quieres, pasarás de necesitar moverte a preferir reposo, de tener calor a frío, de sentir dolor a estar relajada… y ahí la pareja podrá ayudarte a llevarlo mejor ofreciéndote agua, dándote aire o un masaje relajante, lo necesario para que estés lo más tranquila y cómoda posible en esos momentos.
“Las mujeres tras el parto nos sentimos muy muy solas, lo que más se escucha en consulta tiene que ver con la inseguridad y la soledad, hoy en día, en la mayoría de sociedades, en las ciudades sobre todo, hay mucha soledad, hay mucha inmigración también, mujeres que no tienen aquí a sus madres o a sus figuras femeninas de referencia o amigas que puedan transmitirle la experiencia de lo que es un posparto y un puerperio, y ese es uno de los mayores ejes de dificultad, el sufrimiento tras el parto, la inexperiencia, la inseguridad, la exigencia y el desconocimiento de lo que es tener un hijo por primera vez”, indica la experta.
Una mujer sola con un bebé es muy vulnerable, por eso, en la medida en que tenga un entorno que pueda favorecer su cuidado, que pueda estar en buenas condiciones, que pueda encontrarse tranquila, acompañada y confiada, las cosas irán mejor. La pareja es fundamental en esos momentos.
Para Sabina del Río “tenemos que desmitificar la maternidad y la exigencia”, la sociedad tiende a idealizar la maternidad, pero “luego una se da de bruces con la realidad y se da cuenta de que no es así, de que la lactancia en muchos casos cuesta mucho, de que no se puede dormir, de que el hecho de no dormir genera mucho mal humor, mucho malestar, mucha incomprensión por parte de la pareja que no siempre está a la altura de lo que se espera; el universo del puerperio no es tan rosa en los primeros meses, por eso es muy importante que se sepa que el primer mes es muy complicado, pero después las cosas van mucho más fluidas”.
De hecho, en su consulta muchas mujeres se lamentan por qué nadie les dijo cómo serían algunas cosas, el nivel de exigencia físico y mental, que la madre apenas se dispone de tiempo para sí, que hay un gran cansancio… De ahí el papel fundamental de la pareja como apoyo.
¡El hijo es también tuyo aunque no lo hayas tenido en tu vientre, no lo olvides!
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